Siguiendo con la recorrida por la Quebrada de Humahuaca en la provincia de Jujuy, hice una corta pero hermosa visita a Purmamarca.
Me toco llegar por la noche, por lo que tuve que esperar para ver el maravilloso paisaje del norte argentino. Ya por la mañana sí fue el momento de conocer lo imponente que la Quebrada tiene para quién la visite o mismo para los que allí viven.
La ciudad de Purmamarca se camufla de manera perfecta con el imponente paisaje. De la misma manera que muchas localidades del norte argentino, te remontas a la época colonial. Sus calles, sus construcciones en ladrillo de adobe, hacen que te sientas en ese tiempo pasado.

Dominan la ciudad, la plaza que todos los días se llena de vendedores ambulantes que ofrecen mercaderías típicas de la cultura andina. A decir verdad debo decir que no sé si eran realmente artesanías las que se vendían, pero sí, esta feria al aire libre goza de hermosos colores acompañados por las vendedoras con su vestimenta típica.

La Iglesia Santa Rosa de Lima, también es sin dudas uno de los atractivos de esta ciudad, con su típica construcción de la época colonial con su techo realizado en madera de cardón.

Todo esto, como dije antes perfectamente acompañado por la inmensidad del cerro de los siete colores que en su conjunto hacen de Purmamarca un lugar hermoso para visitar. Imperdible es disfrutar de el paisaje que nos regala el norte argentino a medida que el sol va cambiando en la forma de que ilumina estos cerros. En cuestión de minutos tenemos un paisaje distinto.

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