La modalidad de vacaciones cambió mucho en los últimos años. Hace 20 ó 30 estas eran por lo general más largas y en un solo lugar (por ej. la costa atlántica). Se buscaba un lugar que nos brinde seguridad, sobre todo si se iba con chicos y año a año se repetía el mismo rumbo. Ya se sabía donde alquilar, donde ir a comer, había una estimativa de los precios, amigos de verano, se conocía muy bien el lugar.
La tendencia fue cambiando y hoy, en lugar de unas largas vacaciones estivales estas se suelen fraccionan en el año (o aprovechar fines de semana largos). También aparecen los “viajes itinerantes” es decir, no se busca un solo destino sino que se va recorriendo una determinada región, gracias a esto los argentinos fuimos conociendo mejor nuestro país, algunas opciones como Iguazú, NOA o Patagonia antes sólo eran visitadas por unos pocos aventureros.
Hoy encontramos destinos donde los turistas se quedan en un mismo sitio, como por ejemplo “la playa” y otros itinerantes, aunque tomemos un punto como base, como puede ser el NOA, Córdoba y muchos otros. Muchas veces, durante el año hacemos “escapadas” según la cantidad de días que tengamos (fin de semana común o largo) y según el dinero se puede definir el destino.
Desde el estado se percibió este nuevo paradigma y es así como este año tenemos varios fines de semana largos, algunos incluso de 4 días. Esto favorece al Turismo por un lado, pero además produce un efecto multiplicador y se benefician otros sectores. Contribuye a que el dinero se distribuya en todo el país, intercambio cultural y por supuesto conocer una gran variedad de atractivos.
¿Qué debemos tener en cuenta al elegir un destino de fin de semana o fin de semana largo?
El atractivo o los atractivos:
El viaje va a estar motivado por uno o varios atractivos, estos necesariamente deben justificar el desplazamiento. Podemos encontrar uno principal y varios secundarios, por ej. en Iguazú encontramos uno excluyente que son las Cataratas, mientras que los secundarios pueden ser las minas de Wanda, Ruinas de San Ignacio, entre otros. Hay diversos tipos de atractivos; naturales, culturales, deportivos, religiosos, etc.
El transporte:
A la hora de elegir en que viajar debemos evaluar el tiempo que nos llevará, el dinero que disponemos y el desgaste que nos provocará el viaje. Si elegimos un destino cercano podemos utilizar el auto particular, esto nos permitirá mayor libertad para recorrer; no obstante, tengamos en cuenta el desgaste que puede producir manejar muchos kilómetros, sobre todo pensando en el regreso, no sea cosa que se pierdan todas las energías recuperadas en el viaje de vuelta. Una buena alternativa puede ser alquilar un auto en destino. Necesariamente algunos viajes hay que hacerlos en avión, teniendo en cuenta la relación de tiempo total y tiempo de viaje. En muchos otros casos podemos utilizar el ómnibus, de todas formas recomiendo consultar las dos opciones; podemos llevarnos sorpresas, incluso en ocasiones encontramos pasajes aéreos más baratos que los de ómnibus. Otro medio muy utilizado a la hora de viajar a Uruguay es el transporte fluvial. Aquí encontramos algunas empresas que cruzan el Río de la Plata, pero también navegan por el Delta, recorriendo ríos y arroyos.
El alojamiento:
Las modalidades de alojamiento fueron aumentando notoriamente y siguen apareciendo nuevas alternativas. Entre muchas otras opciones tenemos además de los hoteles tradicionales, posadas, hosterías, albergues, hostels, cabañas, camping, casas de familia que se han transformado en B&B, hotel boutique, eco lodge, hoteles temáticos, en fin; las opciones son casi infinitas y con el sello local. Cambiaron los canales de comunicación y las formas de realizar reservas, sobre todo con los avances de internet y acá me quiero detener a recomendar que se cercioren de la legitimidad del establecimiento, si optamos por una agencia de viajes nos dará esa tranquilidad, de lo contrario tratar de buscar referencias mediante fotos o pág. Web (a veces artículos en los medios).
Otros servicios:
Dentro de esta categoría podemos ubicar a los servicios complementarios, como gastronómicos, entretenimientos, locales comerciales, etc. La importancia que le damos a estos necesariamente está relacionada con el tipo de destino. De esta manera encontramos sitios donde la falta o escases de estos acompaña al atractivo, tal es el caso de Cabo Polonio en Uruguay; lo opuesto encontramos si vamos a Mar del Plata.
No quiero pasar por alto recomendarles que cuando hagan el viaje vayan a buscar algo diferente a lo cotidiano; cada lugar tiene sus características propias y eso es lo que lo hace interesante. Si el alojamiento se mimetiza con el entorno mucho mejor, si se prueban platos típicos, se habla con lugareños, se observan las costumbres, la forma de vivir. Entendamos que en muchos sitios hay una cosmovisión completamente diferente a la de la gran ciudad, los tiempos son otros, las formas.
A la hora de comprar una artesanía, intenten ir al propio artesano. No sólo porque seguramente les va a resultar más económica que si la compran en una terminal de ómnibus o en un aeropuerto; sino por el placer que produce esta compra, es un intercambio cultural. Hablen con él, que les cuente sus técnicas, alguna anécdota; les aseguro que será una experiencia muy reconfortable.
Post también publicado por mi en Zonanortevision
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