Otro de los lugares que visité durante mi estadía en Puerto Madryn fué la pingüinera de Punta Tombo.
En nuestro caso, optamos por contratar una excursión que además de este atractivo, visitamos la ciudad de Trelew y Gaiman. Estas dos visitas seguramente serán parte de un futuro post.
Si optas por no ir en excursión, recomiendo que lo hagas en auto, mas que nada por las distancias.
Desde que salimos de la Ruta 3 y ya buscando acercarnos a Tombo, comienza lo entretenido del viaje ya que, de tanto en tanto, se pueden observar las distintas especies que forman parte de esta región de la patagonia.
Luego de un ratito mas de viaje, ya nos encontramos en la entrada de la famosa pingüinera. Pero antes de ingresar nos tomamos un tiempo en el Centro de Interpretación, donde vimos reproducciones de la fauna que vimos durante el camino, y también las distintas especies que comparten las aguas con los pingüinos. Además de conocer las distintas especies de estas aves y su distribución en el mundo.


Una vez que salimos del centro de interpretación ya nos metimos en la pingüinera propiamente dicha. Es muy difícil de explicar, pero es una experiencia inolvidable. Por todos lugares, incluso hasta donde nuestra vista no podía distinguir, estaba lleno de pingüinos. Algunos descansando, otros jugando con sus crías que están en proceso de cambio de plumaje, otros tomando sol, y otros buscando el mar para refrescarse o en busca de comida.


Por todo el hermoso recorrido, estuvimos acompañados por pingüinos y su particular forma de caminar. Y, es de destacar, que ellos están muy bien cuidados. No reforman su forman de vida, sólo se los protege de los puedan llegar a dañar su hábitat, que desgraciadamente hasta ahora siempre fuimos nosotros, los humanos.

Es un lugar hermoso y una sensación increíble y muy recomendable para ir en familia. Todos, a su forma, se divertirán y aprenderán mucho y, de esta manera también, conociendo un poco mas, empezar a cuidar mas las especies que nos rodean.
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